LIDIA CORCIONE
La escritora, periodista, poeta, docente y mamá, Lidia Corcione Crescini es hija de padres italianos que vinieron a Colombia e hicieron su vida en la heroica Cartagena.
“Los recuerdos de niña se balancean en mi memoria. Me columpiaba hasta tocar el cielo y capturaba algunas nubes de algodón con figuras de animales extraños. Podía sentir el viento cortarse cuando la velocidad de mis impulsos hacía tronchar algunas ramas con mis codos desplazados de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba en el movimiento del columpio. Fascinante sentir el alboroto de los pavos cuando me ponía a gritar de contento, una y otra vez sin detenerme, en aquella tabla de madera sostenida por las cuerdas colgadas del palo de mango, del patio enorme lleno de frutales: de guanábana, anón, limón, papaya, bananos , entretejidos con el criadero de pollos y pavos, con los cerdos” Su imaginación se cultivó desde niña, a través de las lecturas y de los juegos. Descubrimos entonces que realmente la felicidad está en la imaginación, nada nos podría detener en esos sueños despiertos que nos alejan por un momento del caos cotidiano que desdibuja la fantasía. Lidia Corcione tiene reflexiones conciliadoras, frente a la poesía y a la vida misma. Y sin embargo siendo su poesía emotiva y natural, no pierde profundidad, cada palabra nos hace reencontrarnos con nuestro espíritu.
En el pájaro que se clava la espina Soy niña Navego de orilla a orilla. Y en la intimidad
El vuelo del tiempo El vuelo del tiempo Mi espíritu RECORRIENDO CAMINOS En mi viaje eterno La voz exhausta que descansa En mi viaje eterno
Ha realizado recitales invitada por el Museo de Arte Moderno de la Ciudad y en las Librerías Ábaco. Invitada a leer sus poemas en la Feria Internacional del libro en la ciudad de Bogotá en Mayo de 2.006 por Apidama Editores. Invitada al IV Encuentro de Escritoras Nacionales, por La Presidencia DE la República para leer sus poemas en Homenaje a la Escritora ÁNGELA BECERRA (Marzo 27-28 de 2.007). Invitada a Participar al OFF OFF Festival Cartagena 2.007 – 2.008. Invitada al festival de Poesía Alternativa-Fundación Atrapasueños, Rioacha 2009.Finalista en el concurso de Poesía Microficción - Garzón Céspedes 2007; Seleccionada en el IV Concurso Radial y Televisivo, 2007, de cuento breve y poesía de la Librería Mediática, Venezuela. Premio especial y menciones de honor en los Concursos Internacionales de Microtextos "Garzón Céspedes" 2008, del Cuento de nunca acabar, del dicho y del pensamiento, en Poesía Hiperbreve para niños y niñas “Garzón Céspedes” 2009.
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viernes
LIDIA CORCIONE LA VIDA ES UN POEMA
jueves
FADIR DELGADO ACOSTA Hija de los peces
En el 2010 la Oficina de Juventudes de Québec-Canadá, realizó una convocatoria para escoger cinco poetas jóvenes de América Latina, incluyendo uno de Colombia, que representará al país en la edición 27 del Festival international de la poésie de Trois-Rivières y la poeta Fadir Delgado fue escogida para representar la poesía joven de Colombia en el mes de octubre, una grata sorpresa para las letras del país.
miércoles
Bicentenario de la Independencia: Una buena oportunidad para revaluar los símbolos patrios
Bicentenario de la Independencia: Una buena oportunidad para revaluar los símbolos patrios
En estos días de algarabía nacional y con el alboroto patriótico de la celebración de 200 años de independencia, se me ocurrió preguntar si los símbolos patrios que tenemos son realmente la representación de un pueblo. Un himno nacional cuya letra no aplica, sino a viejas glorias que dejaron a una nación en la adolescencia, que no fue capaz de madurar y que aún se mantiene en guerra; “oh gloria inmarcesible, oh jubilo inmortal… el bien germina allá…”, una letra de rememora viejas glorias y a viejos héroes ya tan marchitos en el tiempo y que a mi parecer no representan una identidad, una memoria verdadera, una igualdad o alguna semejanza con una nación. Un himno que nadie se sabe completo y que mucho menos llegan al entendimiento ni al corazón de un colombiano.
La bandera no está mejor, un tricolor que representa los cabellos rubios de una mujer, los ojos azules y los labios rojos, una descripción perfecta de una mujer europea o gringa, pero no de la mujer colombiana, de la mujer que vive en la Guajira, o en el Amazonas, menos pues de la mujer cafetera, chocoana o santandereana. Y la otra explicación es menos parecida a la realidad, amarillo por el oro, ¿cuál?, el azul de los mares, ¿los explotados por misiones extranjeras?, y la sangre de los héroes muertos en batalla, infelizmente es el único color que aplica, la sangre a la que nos acostumbramos, la sangre de los campesinos, de los soldados, pero también la de los paramilitares, la de la guerrilla, la de las bandas criminales, las del narcotráfico… todos ellos colombianos, hijos de una misma nación, hijos de una misma independencia.
Y si miramos al escudo; lo que menos existe en este país es libertad y orden, nadie puede ser libre en medio de una cultura mafiosa y corrupta, que cubre desde los hacendados, los políticos hasta el ciudadano de a pie, que aún no se decide a ser honesto, consciente y más humano.
Por eso creo que es una buena oportunidad para revaluar los símbolos patrios, un himno que hable de las culturas indígenas que sobreviven aún en nuestro territorio, una bandera que represente la multiculturalidad de razas y la pluralidad de ideas…
Por eso prefiero que siga sonando esta letra o cualquier otra del folklor colombiano “Usted que es buen colombiano, que nació al arrullo de bambucos y guabinas, que sintió vibrar en su corazón, una serenata de canciones muy sentidas…”.
CRÓNICAS DE GUERRAS Y GUERREROS
CRÓNICAS DE GUERRAS Y GUERREROS Por: Johanna Marcela Rozo Enciso mujerdeniebla29@yahoo.es
En un lenguaje directo y preciso deja entre ver la corrupción de todos los ideales; los del ejercito, los de la guerrilla e incluso y para nuestro pesar los del periodista, sentenciando esto último con la frase “Nos habíamos especializado en el dolor, que entregábamos en dosis altas a nuestros televidentes” de la crónica La otra emboscada en Miraflores. Pero también deja ver que el periodista esta dispuesto a enfrentar cualquier peligro por encontrar la verdad, que muchas veces no saldrá a la luz, pero que para satisfacción de la población, que cree en las denuncias que hacen ante las cámaras; ahora ellos tienen un espacio de expresión en este libro. Oscar Bustos, nos muestra las diferentes caras de la guerra, la de los soldados, la de los guerrilleros que son casi unos niños, la del periodista que investiga y la cara editada que se muestra en los medios. Son crónicas llenas de contrastes, que despiertan en el lector el dolor de un país inconsciente que se consume por la guerra en medio de los hermosos paisajes colombianos y lo peor, confirmamos una vez más que la censura es el triste final para muchas de las realidades de la población. Y el silencio su cómplice. Oscar, muestra con un poco de estoicismo la desaparición del jaguar herido, y nos lleva a preguntarnos quien es realmente el salvaje, no será el hombre blanco que es capaz de maltratar por gusto. Y de la selva feroz nos lleva por un recorrido a la selva de cemento, con una magia verbal, Oscar nos lleva por el asombroso mundo del rebusque y desnuda al ser humano en toda su esencia que a veces pasa desapercibida en medio de las calles capitalinas. Crónicas de guerras y guerreros un libro para guardar en la memoria, valiente, verdadero y reflexivo. Los invito a visitar su web http://www.oscarbustos.com | |
A DIOS LE DIO ALZHEIMER...
A DIOS LE DIO ALZHEIMER...
Emperatriz Muñoz Pérez, narradora Antioqueña. Nace en Medellín en 1967. Gerontóloga de profesión y escritora por convicción. Emperatriz publica en junio de 2008, una serie de doce cuentos breves, obra titulada A Dios le dio Alzheimer y otros cuentos. Llevada de la mano del también escritor Luis Fernando Macías;quien sobre el proceso creativo de la narradora afirma: “vivió la muerte simbólica de abandonar el trabajo y su profesión de gerontóloga, a cambio de la promesa baldía que son los talleres de literatura”.
En los cuentos de Emperatriz Muñoz, encontramos un enfrentamiento de la narradora con sus propios fantasmas, ella recorre insistente la soledad a través de cada personaje. Encara a los protagonistas de cada historia con sus miedos interiores. Lo onírico, la muerte, la vejez y la soledad la acompañan siempre. Las acciones conviven con el milagro, el presentimiento y la predicción.
Los personajes se debaten entre la delgada línea de la locura y la razón, como podemos verlo en Cualquier día es bueno para morir y también en el cuento El símbolo, cuyo final deja al lector fuera de lugar, pero satisfecho.
(Fragmento El símbolo)
Mi espalda tensa y mi cabeza embotada, a veces ni almorzaba, estaba atado a los requerimientos del gerente que cada vez me amenazaba más diciéndome: “ hay sobre oferta de buenos trabajadores, por más que lleves aquí 18 años, siempre habrá alguien que te pueda reemplazar”...
“-Manuel ¿ en qué momento decidiste llamarte Alberto?
-!Ah!...”
Libro recomendado para aquellos lectores que les gusta escudriñar la literatura no convencional.
A Dios le dio Alzheimer de Emperatriz Muñoz Pérez, publicado por la Corporación Ideas y palabras.
Www.lenguajedemujer.blogspot.com
HOMO SEMINE
HOMO SEMINE, es el título de la obra del joven artista Jackson Niño. Comprometido con el medio ambiente; Jackson lanza una propuesta de conciencia ambiental, de amor por la naturaleza y lo ha logrado a través de una serie de instalaciones e intervenciones en espacios públicos y naturales. Como técnica principal utiliza la fotografía, con influencia de Land Art; donde lo vemos emerger del suelo, de la tierra, de la misma madre naturaleza; siendo la voz del bosque, esa voz que no escuchamos porque estamos muy ocupados talando árboles, secando ríos y cazando animales.
Esta idea de medio ambiente y arte la ha trabajado en los últimos cuatro años, por que el arte y la naturaleza al parecer para el artista emergen de una misma cosa, una conciencia divina que se manifiesta en la corteza de los árboles.
Encontramos en este trabajo una serie llamada Dibujos que se ha creado de la mano con las instalaciones y la fotografía, como Jackson lo expresa esta serie es: “un juego entre material, concepto e imagen que evoca el árbol utilizando recortes de papel reciclado”. Esta como el mismo la define es una propuesta minimalista.
Cabe anotar que su obra no sería congruente si los materiales estuvieran alejados del concepto de medio ambiente, todos los materiales utilizados en la creación son reciclables, papel , tinta sacada de cartuchos de impresoras ya gastados, alambre que está en las calles y que encuentra en sus recorridos por Pamplona. Propuesta que denominó eco en el arte-povera.
La segunda parte de esta serie se denomina Bocetos que es visto como ejercicio estético en busca del manejo espacial y conceptual.
Este artista toma el arte como resistencia social, en este caso como resistencia a la tala de árboles y va en busca de la reconciliación del hombre con la naturaleza.
Jackson Niño ha tenido significativas exposiciones individuales entre ellas se destaca: Homo-semine, Sala Beatriz Daza. Museo de arte moderno Ramírez Villamizar. Exposiciones colectivas: 41 salón regional de artistas Cali 2008, XII salón regional zona oriente, dentro del proyecto curatorial región imaginada Bucaramanga, Imagen regional V área cultural Banco de la República Bucaramanga.
SOMBRAS NADA MÁS
EL VERBO ESTÉRIL
1.
Cómo ha llegado hasta mí
Esta pregunta
Halada desde sí misma
Por grietas ilusiones.
En el último escalón le veo cansarse
Sin saber si desciende o llega arriba
Me aferro a su angustia
Su peso es doble
La respuesta se hunde a nuestro paso.
2.
Déjame estar en ningún lado advertido por el ánimo
Espérame ahí donde no conoces el modo de verme
Haciendo
Quietamente
Vacío de los ojos: epitafio de las ganas.
Han debido sugerirme. Tal vez el sueño
Y la noche de los que no he conocido
O el susurro, más allá de lo que supones
Y tu misma sensatez tantas veces conjugada
O la mía, estática al borde de mí mismo.
Y en esa invocación de certeza y verdades
De nombres y requisiciones
No lo supe
De repente
Más acá de mí mismo:
Súbita inanición de piedra congelada:
Exilio del vilo y la repetición
No ser de la memoria.
3.
Muda
Hasta la premonición
La palabra
No es, el sonido en su abismo
El eco es absurdo en su fábrica de huellas
4.
Es y el es
Estéril
Sin nombre, sólo. Sin nombre.
No allá. No aquí.
Sin nombre y sin nombre
Verbo sin verbo
Vacío.
5.
La idea del lugar y la silueta acosada del hombre
La idea del hombre y el lugar supuesto
Está, algunas veces nuevo o invocado
El hombre en su lugar de asfixias
Pero no está la asfixia
…
Cómo el hábito
Certero y prudente
Vasto y temporal
Cansado y vivo
Cómo, repetido y sincero
Mudo e interrogante
Cómo, vacío y denso
Caótico y prescrito
Despierto, seco
Inmóvil y vivo
…
Ansia de la palabra que no existe
Sugerencia de lo definitivo
Grieta que me esconde
Puerta que entre y sale
A la vez
De sí misma.
6.
Si niega se niega
Se paradoja y deshace
No hay escepticismo que redima
Redención es ruido
Ceguera las progresiones.
Un hombre o
Una mujer suspira
Se hace horizonte
Su silueta
Disuelta ahí
En lo que la distancia
Despoja.
Todo se ha parecido
Hasta los días
Nuestros
Necesariamente ajenos
Y aparentes.
Resolvimos el miedo con el nombre
Nombramos la distancia
Nutrimos la nada de voces
Ambiguamente ciertas.
El ser el horizonte
Lejano e inexistente.
Un hombre o
Una mujer
Se agotan en el sueño:
El viaje imposible hasta sí mismos.
7.
En mí
Quieto en él
Lo que de ser, lo que soy
Imposible a mí mismo
Sin presencia y nombre
Sugerencia de un camino
Hacia un camino…
Metamorfosis de lo que es
En lo que es
Sentencia del verbo
…
–Llámale, pide que salga.
–No está afuera.
–Que entre entonces.
–Salir no es diferente
– ¿Dónde está?
– ¡Ahí!
– ¿Dónde?
– ¡Aquí!
– ¿Entonces para qué una puerta?
–No es una puerta.
– ¿Es verdad?
–Ni siquiera eso.
–Se abre y se cierra.
–Eso es seguro.
– ¿Entonces?
–No sabemos cuándo está abierta.
–Cuando podemos pasar al otro lado.
–Eso quisiera creer.
– ¡Es verdad!
–Ni siquiera eso.
…
Sensación sin sentidos.
Nada en ella.
Lo humano.
…
Es por no ser
No por dejar de ser.
8.
Delante de mí
Al lado mío
Soy.
Atrás al otro lado
No es, el movimiento.
…
Dentro de mí
Afuera.
No es, el espacio
…
Tan sólo ayer soy futuro
…
Mí, no soy
Yo, tampoco.
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SOMBRAS NADA MÁS
UNA GATA EN EL TEJADO
UNA GATA EN EL TEJADO
Por: Johanna Marcela Rozo
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La primera vez que oí de Beatriz como poeta, fue en mi natal Pamplona, precisamente en la Universidad donde ella adelantó estudios de Licenciatura en Lingüística y Literatura. Comentaba una docente de aquella facultad, sobre algunas palabras que compartió con Beatriz, acerca de la neblina incomparable de la ciudad; sobre todo como motivo de inspiración para escribir.
Abriendo las piernas a la carne fue su primer poemario. Con él logra no solo darse a conocer en las letras colombianas de la poesía joven, sino representar la poesía femenina. Con este poemario convence a mujeres y hombres de que la mujer tiene el derecho y el deber de sentir placer. Y lo dice descarnadamente. Con la pasión de una mujer convencida de la libertad de amar y sentir. Convencida del poder del universo femenino, claramente expresado en el poema que da título al libro “ yo /la flor que de par en par/a tus ansias /sus pétalos esparranca…/ Tú, /el colibrí/ del sediento y penetrante pico/ que una y otra vez me taladras/ haciéndome imitar/ el canto de las noctámbulas/ gatas en los tejados.
En estos versos consigue mostrar las ideologías íntimas de la mujer frente a su compañero: el amor, el desamor y el ardor que en su cotidianidad guarda. “Adoro el desorden/ porque sólo existe/cuando estás conmigo”. Y en la fineza de sus versos tropezamos con el desengaño en una bella imagen poética “Contra las estáticas flores del mural/ el colibrí / sufre su primera decepción de/ amor.
Y el poema que perturba es aquel que retrata con dulzura y dolor la soledad y la ausencia, Recordando a Penélope, cuya lectura destroza el corazón de aquellas y aquellos que aman intensamente y para toda la vida, si es que esto es posible. “No sé por qué/ pero la poquita gente/ que amo siempre/ siempre está/ deseando partir hacia algún lado…/ O tal vez sí sé: / sucede que yo/ tierna espectadora de mis vigilias/ siempre siempre / estoy dispuesta a esperar…/ alcahueteando ausencias.
Esta es Beatriz, que con su poesía construyó un espacio diferente para la mujer, una visión amplia y profunda de su esencia, un retrato que expone sus sentimientos, que se refleja alejada de miedos, prejuicios y secretos.
Beatriz Vanegas Athias nació en Majagual, Sucre, Colombia, en 1970. Poeta y cronista. Ganó el Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia en 1993, con el libro “Abriendo las piernas a la carne” (Editorial Lealon, de Medellín-1994). Obtuvo también el Premio Departamental de Poesía, Fondo Mixto de Sucre, con “Galería de perdedores”, publicado por la misma editorial en 2000. Y fue finalista en el Tercer Concurso de Poesía Amorosa en Palma de Mallorca, 2006. Se desempeñó como cronista y reportera de los suplementos culturales en los diarios Vanguardia Liberal, El Meridiano de Sucre y Córdoba. Trabajos poéticos suyos han sido publicados en antologías de poesía departamental y nacional y en las revistas “El Túnel” de Montería, “Puesto de combate” de Bogotá, revista “S” de Bucaramanga, y “Semana”, entre otras. En 2006 publicó el libro de poemas “Los lugares comunes” (Editorial Sic, de Bucaramanga). En la actualidad vive en Bucaramanga y prepara un libro de crónicas y reportajes titulado “Voces que apagan la oscuridad”, además del poemario “La herida de la hiena”. Coordina el Taller de Lectoescritura “Sara Malacara” donde promociona la literatura infantil y juvenil. Es candidata a Magíster en Semiótica de la Universidad Industrial de Santander.
FUGA
He de fugarme de este barrio:
Iguana gigantesca y burlona
Que conoce
Hasta el color de mi pijama.
MEMORIA DEL TRASTEO
Cada vez que sucede el trasteo
Coleccionas un incendio en tu vida.
Nada queda:
Sólo una galería de recuerdos enfermos
Que no tuvieron tiempo de sanar.
Cansancios que no alcanzaron a descansar.
Amores mal hechos, comedor sin calor.
Habitación decorada a medias.
Intentos de biblioteca, cocina sin olor propio.
Puerta en la que no encontraste
Las piezas para completar
El rompecabezas de tu ser.
Nada queda:
Ventanas anhelantes y bocina desesperada
Que anuncia tu única compañía:
El viento de la carretera
Azotando sin pudor tu mirada.
BINOMIOS
El arma blanca y el arma de fuego.
La súplica y el silencio.
La viuda y las declaraciones.
La ciudad engorda.
El poder también.
MEMORIA DEL REGRESO
Habitas el día como leona encarcelada.
No hay parque, poema, bar o conversación
que apacigüe al ejército de hormigas
que marcha por tu sangre.
La tarde es una sentencia a muerte.
La ventana un altar
ante el cual suplicas el milagro.
Cuando la noche llega y quien esperas no,
sucumbes a la ira
y las paredes y los fetiches
soportan tu rabia.
Cuando la noche llega y quien esperas no,
desciendes por el agujero de la inquietud
hasta caer en un sueño turbio y expectante
Hasta que unos golpes a la madrugada
te anuncian ésa sonrisa, ésos ojos,
unos brazos que se abren
y ante los que no tienes más remedio
que desbordar una buena bienvenida.
VICTORIAS DE JOSEPH
Los judíos dejan el rostro
En las barracas.
Los judíos pronuncian silencios.
Con su andar de topos
Ya no acuden a la piedad.
Un judío,
Un fantasma.
CONSUELO
Por las huellas
que no dejaste
me aproximo al recuerdo
que no fundamos.
Sólo la lluvia
cortina transparente
e imprescindible al poema
te reivindica.
ESPERANZA
No espera más
Que la visita de la noche
Y de la culpa.
TODO LO QUE QUIERO ES UN BALCÓN PROPIO
Un balcón propio
Con persianas de madera
Y cortinas fragantes
Para ver a las mujeres lindas
Pasear su tristeza maquillada
Y a las mujeres feas
Conformes con su andar
Y amargadas con su sal.
Un balcón con persianas de madera
Para ver a los hombres cansados
Con el peso del amor inexpresado.
Un balcón propio
Para ver la mecedora balancearse en la luna
Y las redes aferrarse al azulejo
Y al asesino pasear con los bolsillos
Plenos de dinero adolorido.
Todo lo que quiero es un balcón propio
Para descorrer la lluvia
Y encarcelar al aire
Y acariciar la gota que se amañó
En la hoja del almendro
Y soportar a distancia
La lucha del hombre con el ancla;
Y sonreír con la dejadez
Del que sólo espera la noche y el bocado.
Y una tarde sin premura
Tomar tu dulce mano pequeña
Tocar como ciega tus ojos punzantes
Saborear tu sonrisa confiable
Y dibujarle a la noche
Los colores del escándalo
Más reseñas literarias en:
http://demoliendo.blogspot.com
martes
Milciades Arévalo El Viajero
Tras las huellas de mi padre
Tras las huellas de mi
padre
Por: Johanna Marcela Rozo Enciso
mujerdeniebla29@yahoo.es
Las preocupaciones del ser humano giran en torno al mismo tema, de dónde venimos, para dónde vamos, si somos dueños de nuestro destino o no. La propuesta del artista Logan Mauricio Delgado Miranda ahonda esta última pregunta. Una obra basada en la investigación de la vida íntima del pintor Amadeo Modigliani y sus problemas con el alcohol, pero también una propuesta visceral construida a partir de la relación con su padre, quien muere muy joven dejando al artista pamplonés con grandes interrogantes sobre quién controla nuestro destino; y si es justo dejarse manipular por elementos ajenos a nuestra conciencia.
Como figura representativa toma la puerta. Fotografías de las puertas de bares y centros nocturnos de la ciudad, que de día solo son puertas cerradas, al parecer los abismos profundos del ser humano y su dependencia de los elementos del entorno, sólo se abren en la complicidad de la noche. Naturalmente las botellas son el principal elemento de la obra de Logan Delgado, las botellas vacías, la botella que no significada nada después de consumida; como representación de los sismos interiores, de la angustia que golpea las venas y de la vida que se va malgastada entre las botellas.
Del inicio de su obra el artista comenta: “las cosas poco a poco fueron cambiando, cuando mi conciencia era más fuerte y mis ideas más claras, cuando estaba conociendo el mundo y aprendía de los errores de los demás; abro los ojos y para mi asombro estoy frente a uno de los problemas más grandes de esta sociedad, el alcoholismo, que empezó a hundir a mi padre muy lentamente…”
Esta obra incluye un performance y un trabajo fotográfico de los recorridos que por la ciudad puede hacer un alcohólico, además de instalaciones en diferentes orbes de Pamplona.
Los dejo con esta reflexión tomado de Kent follett el escándalo Modigliani
“En realidad, no creo que la vida sea así. En la vida real, circunstancias ajenas a nuestro control son las que suelen decidir nuestra vida o nuestra muerte, que seamos felices o desdichados, que hagamos fortuna o lo perdamos todo. Por ejemplo: la mayoría de los ricos lo son por herencia. Casi todas las personas bien alimentadas tuvieron la suerte de vivir en un país desarrollado. Una inmensa mayoría de los seres felices nació en el seno de familias amantes; sin embargo, los desdichados fueron hijos de padres locos.”
ENCUENTROS URBANOS
ENCUENTROS URBANOS
BOGOTÁ REGGAE
Una de las crónicas ganadoras de la convocatoria “Bogotá por Bogotá” (2007)
Por Víctor Menco Haeckermann
Hace pocos días que estoy en la Capital y no conozco a casi nadie. He salido a cenar a la calle y me he extraviado. Afortunadamente, me topo con un sujeto que me han presentado unos días atrás: Orlando, una de las diez personas que conozco en una ciudad con 10 millones de habitantes. Le pregunto por un lugar donde comer. “¿A las 10 de la noche?, difícil. Vas a tener que probar por esa calle”, dice, y me da unos números que supuestamente son la dirección, pero que entiendo como los resultados de la lotería. Sigo sus indicaciones: todo está cerrado. Precisamente el azar hace que me encuentre con Orlando una vez más. Me sugiere que lo acompañe a comprar una botella de ron e ir a La Candelaria a comer. Vamos por la botella. Luego, me presenta a dos amigas y a su novia. Tomamos una buseta que va por toda la 26 y llegamos al Centro, que para Orlando estaba a una botella de distancia.
El centro es como una mujer hermosa con sida, y mi amigo y yo penetramos en ella. Pasamos por las fascinantes ruinas del Hotel Continental y ascendemos hasta las casas coloniales de La Candelaria, mientras los indigentes pululan, emergen de los adoquines. En un sitio de ventas de arepas hago mi pedido. Un grupo de indigentes llega a pedirle monedas a Orlando, y él se las arroja como si estuviera jugando rana. A ellos se les suma una señora con un bebé en brazos. Orlando, al ver que ha quedado sin municiones, le dice: “No, señora, qué pena, se me acabaron las monedas”. “Yo no quiero monedas, ¡quiero billetes!”, responde ella, y nos lanza insultos mientras caminamos apresuradamente hacia otro lugar. Lo más cercano que encontramos es a un bar de salsa, pero como el ambiente no convence a las muchachas nos arrojamos una vez más a la calle. Y allí afuera, esperándonos, está la señora del bebé en brazos que apenas nos ve continúa con las amenazas. Caminamos rápido, lo más rápido que podemos, y muy juntos, vigilando nuestras espaldas.
La huída nos ha llevado a un bar reggae, donde, para poder entrar, el portero le exige a mi amigo que le muestre su documento de identidad. Para su sorpresa, Orlando saca una de esas cédulas que en estos días deberían tomarse como certificados de defunción, y entramos. Todo el que llega, se quita la ropa lo más que puede y queda como si transitara por una calle de un pueblo del Caribe. Al fondo, los casilleros parecen vestidores. La música, como puede, se abre paso entre la multitud. Yo todavía no accedo a desvestirme (el frío de la calle lo he traído conmigo), a pesar de las advertencias de Orlando con respecto a lo que pasará a la media noche. En efecto, llegada la media noche los dueños del bar encienden, como parte del espectáculo, una hoguera en el centro de la pista de baile, ante los gritos de júbilo de la gente, y se me hace imposible continuar con tanta ropa encima. El fuego ilumina los rostros de una pareja que discute a mi lado: un rasta cara de "podrido" le dice a su chica –una niña "bien", de piel blanca, cabello negro y liso, cuerpo perfecto y 100 % natural– que consuma moderadamente. Ella asiente. Me pide permiso para pasar y me hago a un lado. Va acompañada de una amiga a hacer la fila del baño. Al cabo de un rato, a mi también me dan ganas de ir al baño. El de los hombres siempre está desocupado. En cambio, el de las mujeres tiene una fila extensa. Al salir del baño, veo que las dos chicas también lo hacen. Pero no se devuelven a la pista, sino que van a hacer la fila nuevamente. Muchas de las chicas que hacen la fila entran en grupos de dos o tres y salen limpiándose la nariz.
Vuelvo a la pista. Al parecer, el rasta no se irrita, aguarda bailando solo, como muchos otros cuyas chicas han preferido armar la fiesta en el baño. De repente, la del rasta y su amiga aparecen bailando una vez más a mi lado, van y vienen, una y otra vez. Las canciones entran por la piel, sudorosa, y yo percibo en cada tema un pedazo de mi infancia, y siento que ahora todos bailamos como niños. Se me viene a la mente la imagen de mi hermana mayor cuando era adolescente y bailaba reggae sin preocuparse por saber qué era lo que bailaba. Dejo ir la imagen porque siento que alguien me ha clavado un codazo en la espalda. Me doy vuelta, y allí, al frente mío, está la nena del rasta. Su sonrisa me enseña unos labios con un piercing que parece servirle de cerrojo cuando quiere callar. "Discúlpame, mi vida", dice, y regresa a bailar con su pareja. Pero, esta vez, dándome la espalda, se me acerca disimuladamente y se frota en la mía, como un oso que se rasca contra un árbol.
Decido irme. Me despido fugazmente de mis fugaces amigos y llego hasta la puerta. Afuera llovizna. En un día capitalino normal, se le teme al asfalto: Los transeúntes llevan prisa no porque vayan tarde, y utilizan las calles porque es la única manera de llegar a algún lugar. Van deseando tener alas para no encontrase con nadie. Y ahora, con lluvia y de madrugada, ni los taxis salen. "Parece una ciudad en guerra", me ha dicho días antes una amiga bogotana que se siente turista en su propia tierra. Como en la Berlín de la II Guerra Mundial, la vida se cocina y se descarga al interior de los burdeles y discotecas (únicos lugares donde los soldados enemigos tenían prohibido agredirse), mientras afuera transitan a gran velocidad unos pocos carros blindados. Decido salir a caminar sobre la lluvia que descansa en el piso. Hay un testigo de mi hazaña: una estatua enclavada en un balcón colonial.
Víctor Menco Haeckermann. Escritor, poeta y cantautor del Caribe colombiano. Finalizó estudios de Lingüística y Literatura en la Universidad de Cartagena. Antologado en los libros "Encuentos" (2009), del Festival de Poesía Alternativa de La Guajira; "Bogotá por Bogotá" (2008), del Fondo de Promoción de Cultura de Bogotá; y "Antología del Cuento Corto del Caribe Colombiano" (2008), tras ganar el Premio de Minicuento de la Universidad de Córdoba 2008. Autor de dos obras teatrales, tiene un libro de cuentos inédito. Ha sido invitado a participar en un sinnúmero de recitales y eventos en todo el país, y sus textos han aparecido en diversas publicaciones: El Meridiano, El Universal, Hoja Blanca, Fractales (UniJaveriana), Unicarta (UniCartagena), Agenda Cultural (UniTecnológica de Bolívar), entre otras. El crítico Ariel Castillo lo catalogó, en el periódico El Heraldo, como “un autor dotado para el arte de narrar”. Su blog: http://www.manuscritosendigital.blogspot.com