CRUZ DEL SUR DOS CIUDADES, DOS MUJERES UN DESTINO
Por: Johanna Marcela Rozo Enciso
Conversé esta semana con el escritor español Rubén García Cebollero, nacido en Barcelona en el año 1975. Abogado de profesión y dedicado a la literatura por convicción. Rubén comenzó a escribir a los 14 años, y desde entonces ha escrito poesía, guiones, manuales de escritura y novela. Ganador de numerosos certámenes de poesía a nivel nacional. Cuenta con más de 30 títulos de su obra, en castellano, inglés, portugués, francés, italiano y alemán, tanto de narrativa breve, de novela, como de poesía.
Fue finalista del premio Planeta con la novela EBRO 1938, que publicó en 2009 la editorial Nowtilus, ganador del Viernes Cultural de Cerdañola, y la UAB publicó el poemario de título “La luz de nuestras vistas”. En 2009 la editorial Delsan le publicó Almogavares I. Señores de Cornago. Galipoli, el inicio de una trilogía, cuyas portadas posteriores han sido obra del artista Ricardo Muñoz. El libro de relatos al que más afecto le tiene, sigue por diferentes líneas literarias siempre explorando, en continúa búsqueda de su ser frente a la palabra escrita.
Pero el tema que nos convoca hoy es la película Cruz del Sur, un film que habla sobre la problemática de la inmigración latina en medio de la crisis española. Juan su protagonista, es un uruguayo que enfrenta los recortes de personal de su empresa que lo lleva a buscar nuevas opciones de vida en otro país España, pero ya allí debe enfrentar situaciones y retos que no pensaba.
Rubén García Cebollero, contó para Red y Acción algunas confidencias de la creación del guión:
R. G. C . Por azar, por un único email de mi esposa, entramos en contacto David Sanz y Tony Lopez, que estaban interesados en dirigir una película sobre la batalla del Ebro.
Durante el proceso, se hicieron muchas versiones de guión, que hoy día han sido aparcadas por la crisis. Me comentaron que buscaban financiar Cruz del Sur y me permitieron leer una versión bastante anterior a lo que después fue el guión de rodaje. Entonces sucedió algo extraño, pues vi en la historia algo más que no estaba y que creí que podía escribir, así que le pregunté a David si como productor y con los otros guionistas vería bien autorizarme a escribir dicha novela.
Todo esto sucedió antes del rodaje de la película. Así que viví dos tipos distintos de creación, puesto que David y Tony me pidieron que interpretara uno de los personajes. Curiosamente, trabajaba de jefe de RRHH en ese momento, aunque por fortuna no tengo nada que ver con el personaje, mejor dicho, con la actitud fílmica del señor Guzmán. Fue una experiencia divertida, aunque son muchas horas de rodaje para que luego en pantalla mucho material no esté, por cuestiones de edición y de ritmo.
Visto desde dentro el esfuerzo para dar vida a una película es titánico, y en este caso ayudé a encontrar la financiación, y arriesgué con un crédito de mi bolsillo, porque sentí que eran capaces de contar una historia, sin pretensiones, sin alardes, cargada de humanidad y de una factura técnica impecable. La he visto casi 20 veces, y la disfruto mucho. El proceso en sí mismo fue toda una aventura, pues al ser coproducción se filmó entre Barcelona y Montevideo, con los traslados que eso supone, y con los riesgos.
El elenco actoral fue un acierto, pues junto al gran Walter Reyno, al fantástico Temponi, a la impresionante Leonor Svarcas, y al magnífico Alejandro Busch, aquí rayaron a un gran nivel tanto David Sanz, como Zaida Fornieles, como Blai Llopis, Dori Cano, Edu La Regina, Graciela de Santos, y todo el equipo técnico, con la fotografía de Iñigo Zubiracay. A ello contribuyó la ilusión de los alumnos de Claqueta y Acción, con Dani Feito, Sara San Martin, Javi, Sammy, Alejandro, Sara Marquez, Efrem, en una larguísima lista a la que debemos agradecer el compromiso, el esfuerzo y los sueños.
Los dejo con el trailer http://www.cruzdelsurfilm.com/trailer.html
Más reseñas en: www.demoliendo.blogspot.com
Fotografías cortesía de Rubén García Cebollero.
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MILCIADES ARÉVALO Y PUESTO DE COMBATE |
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El escritor Milcíades Arévalo, creador y director de la revista de literatura más antigua de Colombia Puesto de Combate, conversó esta semana para Red y acción, nos contó sobre los autores que han pasado por la revista y de la nueva edición que saldrá próximamente.
Johanna Marcela Rozo Enciso
mujerdeniebla29@yahoo.es
www.lenguajedemujer.blogspot.com
J.R. ¿Qué características debe tener un buen escritor?
M.A. No podría determinar las características de un buen escritor, ni siquiera las de un escritor. Habría que identificar qué se entiende por buen escritor. ¿Es el que publica cierta cantidad de libros, el que gana muchos premios, el que deja una huella, al que invitan a todas partes? Muchos escritores no han escrito sino uno, a lo sumo dos libros: Rimbaud, Juan Rulfo, Aurelio Arturo. Hay otros que han escrito infinidad de libros y no todos buenos: Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Fernando Vallejo, etc. Muchos escritores pueden pasarse la vida escribiendo malos libros y los hay que solo al final de su vida dejan una obra memorable. Homero por ejemplo, debió ser muy viejo cuando escribió La Ilíada y La Odisea. Rimbaud fue un ejemplo de escritor precoz, pues hasta tuvo tiempo de viajar por Abisinia, traficar con armas y enviar a la sociedad cartográfica para la que trabajaba, hermosos textos relacionados con la geografía, los lugares y gentes que iba conociendo a su paso. Hay escritores muy buenos, que no lo fueron por cuenta de la Academia sino por la vida que vivieron, por ejemplo Bierce, Whitman, Miller, Saroyan y entre nosotros, Álvaro Cepeda Samudio, Arturo Echeverri Mejía y el propio García Márquez. Pienso que un buen escritor es aquel que habla de su aldea, o como decía mi abuela Alba: “Hay que saber de dónde viene uno para saber a dónde va”
--Hablemos un poco de tu vida como escritor. ¿Cómo empiezas a escribir una novela o un cuento y como surgen estas historias?
--Antes que nada he sido un viajero de todos los caminos, he recorrido muchos caminos, he conocido muchas ciudades y puertos; también he conocido muchos rostros. Por otra parte, soy un fotógrafo. En cada foto hay una historia de vida, un momento memorable. Muchas veces empiezo a escribir un cuento fijándome en las fotos que tomé con la cámara; es más fácil recordar eso que decía mi abuela. Por otra parte, he leído muchísimos libros, buenos, malos de todos los colores. Poesía, cuentos, novelas, ensayos. Yo nunca tuve una formación literaria ni fui a la academia para que me enseñaran a escribir, ni he creído que un escritor tenga que tener un doctorado para serlo.
La parte vivencial de las personas, como también lo es el paisaje, la atmósfera, el entorno geográfico, el momento, todo eso es importante para mí. Pienso que lo que importa es leer los buenos libros de los grandes maestros. Sé que mi libro INVENTARIO DE INVIERNO, es uno de los buenos libros de la literatura juvenil de Colombia. Lo digo porque hasta me lo han pirateado. Y es bueno porque es la vida de un muchacho, de una familia y su entorno; es trágico, vivencial y poético, con toda la problemática que conlleva ser pobre en un país donde los niños nacen sin risa. Este libro me lo piden en escuelas y colegios a donde voy, y sin embargo no he podido volverlo a editar por no tener palancas en las grandes editoriales colombianas. Mis cuentos y novelas tienen mucha imaginación, pero lo más importante es la vivencia que he tenido que vivir para poder escribir.
--¿Cuál de tus libros es tu favorito?
Todos mis libros son los favoritos, aunque yo no he publicado muchos, así que digamos. Y los que he escrito se han agotado porque las ediciones no pasan de mil, dos mil libros, y teniendo en cuenta este país con 48 millones de habitantes, la mayoría analfabetas, ¿qué son mil libros? Como se que tendré muchos lectores después de muerto, no lo digo por vanidad ni por loarme, sino porque en cada libro mío hay un pedazo de vida, un pedazo de ciudad, un pedazo del mundo que me tocó vivir y eso no se repetirá nunca. Les recomiendo a mis lectores presentes y futuros: Inventario de Invierno, El oficio de la Adoración, Cenizas en la Ducha, Ciudad sin Fábulas, Cálida Carne, Las Otras muertes o La Torre del Amor; no todos han sido publicados, desgraciadamente.
--Ya sabemos que Colombia es tierra de poetas ¿qué tan buenos son?
--No creo que sea una tierra de poetas sino de leones y publicistas. Hace 25 años vengo trabajando en la Feria del Libro y lo que más me sorprende es la cantidad de libros de poesía publicados en un año. Desgraciadamente solo unos cuantos poetas tienen algo que decirnos. Los demás no han sido capaces de “sentar a la belleza en sus rodillas.” Reconozco que entre los poetas muertos, muchos de ellos son los más geniales de la poesía colombiana. Hay otros que viven haciendo sus alardes poéticos en bares, casas de la cultura, bibliotecas, gimnasios y salas de belleza y salen todos los días en televisión, pero no son poetas. El que quiera saber qué tan buenos son los poetas colombianos, debe empezar a leerlos. Ojalá no se aburran en el intento.
Muchos narradores afirman que es más difícil escribir poesía, sin embargo tus novelas y cuentos son muy poéticos. ¿Para ti es difícil escribir poesía?
--Yo he escrito toda clase de cosas, poesía también pero nunca me interesé en publicar. Desde un comienzo tuve la certeza de que toda la poesía estaba escrita y que lo que venía después no era más que un circo.
Yo fui capaz de plagiar a los poetas del Siglo de Oro para enamorar a las muchachas y no dije una mentira cuando hablaba de los surrealistas, de Bretón, de los poetas de todas las fronteras y tal vez por eso en toda mi narrativa está la poesía. Sí. Publiqué versos en una revista Argentina llamada Cormorán y Delfín, en 1964 y en Nadaísmo 70 en 1972. Siempre, siempre he leído a todos los poetas, pero la carga poética mía está en la vivencia, en la realidad, en el mundo mágico y terrible en el que me muevo. Considero sin embargo que para mí es difícil escribir poesía y tal vez por eso no alardeo de ser poeta.
--Raúl Gómez Jattin, uno de los poetas más importantes de Colombia se dio a conocer gracias a ti, ¿cómo lo conociste y cómo eran esos primeros textos?
--Yo era muy aficionado al teatro, desde que regresé de un largo periplo por la costa norte colombiana vendiendo libros. Lo vi por primera vez actuando en 1967 en “Cuentos de Macondo”, adaptación teatral de los cuentos de García Márquez. No lo volví a ver, pero me gustó la caracterización que hizo de los personajes que interpretó ese día. En 1981 me envió desde Cereté 50 ejemplares de su libro Poemas. Repartí su libro entre varios poetas y nadie dijo nada; tampoco dijo nada la prensa. Yo le publique unos poemas en Puesto y lo di a conocer más ampliamente.
Sus primeros poemas me impactaron por todo lo que decían y cómo lo decía, y esa carga poética a flor de labios. Mejor dicho, la tragedia griega, el ambiente agreste de Cereté, la soledad que vivía, todo eso estaba en sus poemas. Sinceramente lo único que le pedí a la vida es que siguiera viviendo por una eternidad; la locura hacía de él un santo maldito. Tuvo toda clase de poemas, buenos, malos. Algunos poemas le sirvieron para comprarse un cigarrillo, un pucho de marihuana, etc. Ahora que Raúl está muerto, algunos lo quieren y otros ni siquiera se atreven a nombrarlo, tal vez porque tienen miedo que les haga sombra.
--¿Qué escritores y poetas publicaron en las primeras ediciones de Puesto de Combate? ¿Qué otros autores reconocidos actualmente publicaron sus primeros textos en la revista y como fue esa experiencia de conocerlos?
--Tuve la fortuna de publicar a muchos poetas y narradores. Unos ampliamente conocidos y otros a los que nadie conocía. Evelio Rosero, Triunfo Arciniegas, Juan Manuel Roca, Pedro Badrán, Octavio Escobar Giraldo, Marco Tulio Aguilera Garramuño, Orietta Lozano, Luz Helena Cordero, Juan Carlos Moyano, Gustavo Tatis Guerra, en fin… Ellos fueron los que vinieron a mí (Yo nunca he ido tras de nadie), y todo porque existía la revista Puesto de Combate, y esa revista no tenía cortapisas, ni era amiguera ni ninguneaba a nadie, y todo porque queríamos crear una Sociedad de la Imaginación. Entre los más recientes autores que hemos publicado, podríamos decir que está Ricardo Abdallah, Felipe García Agudelo, Jader Rivera, Dina Luz Pardo
--Tú que conoces todo el panorama de la literatura colombiana, ¿qué opinas de las nuevas generaciones de escritores y poetas.
--Las nuevas generaciones son más generosas, más abiertas de pensamiento e ideas. Escritores y poetas son buscadores potenciales y buceadores permanentes, leen sus textos, los comparten, los ponen a rodar por ahí y por consiguiente son más espontáneos, libres y bellos.
--¿Qué motiva a Milcíades Arévalo a seguir publicando y descubriendo a escritores nacionales?
--Es un oficio, algo que viene de muy hondo. Desde muy lejos. Yo nací en un hogar donde no había ni un libro y la única que sabía leer y escribir, tanto en francés como en castellano, era mi abuela. Ella estuvo en la guerra de los mil días y cuando yo la conocí me enseñó a escribir cartas, que yo le enviaba a mi madre, que vivía tan lejos de mí como toda la distancia junta. Cuando fui grande vendí muchos libros desde el Cabo de la Vela hasta el Golfo de Urabá. Viví muchos años en la costa, porque hasta marinero fui. Y como todo escritor, también envíe muchos cuentos a los periódicos porque quería verlos publicados pero me los enviaron al cesto. Para que les siguieran enviando las colaboraciones ni mis cuentos al cesto de la basura, después de muchísimas lecturas, de viajes por la patria, de conocer a muchos escritores, fundé una revista. Si todavía, después de 40 años sigue en pie, no es por vanidad sino por pura terquedad; el resto es pura imaginación.
--Por último, hablemos de la edición No. 78 de Puesto de Combate, qué lecturas nos trae y qué autores y dónde se hará la presentación de este número.
--Trae una entrevista al poeta Juan Gustavo Cobo Borda, una selección de poemas de José Luis Díaz Granados, Pedro Arturo Estrada, Lidia Salas, Esperanza Carvajal Gallego, Mario José Cervantes, Dina Luz Pardo, Ela Cuavas, Fredy Yezzed, Andrés Uribe Botero, Johanna Marcela Rozo, Minicuentos de Anibal Tobón, un texto de Bradbury, cuentos de Roberto Burgos Cantor, Milcíades Arévalo, Ios Fernández, Amadeo González Triviño, Jerónimo García Riaño, Jonathan Alexander España Eraso. El lanzamiento será el 26 de Octubre en el Teatro Taller de Colombia en Bogotá, y en Pitalito, Garzón y Neiva a mediados de Noviembre.
Milcíades Arévalo
Periodista cultural, dramaturgo y escritor de novelas y relatos, nacido en Cundinamarca en 1943. Obras publicadas El oficio de la Adoración.
Bucaramanga, Colombia: Editorial UNAB. 1988, Inventario de Invierno (Cuentos juveniles, 1995), Cenizas en la Ducha. Medellín, Colombia: Editorial Universidad de Antioquia. 2001, Manzanitas Verdes al desayuno 2010, El jardín subterráneo (teatro), Galería de la memoria(ensayo), La loca poesía (antología) y El héroe de todas las derrotas (novela). Milcíades Arévalo ha alcanzado las siguientes distinciones: Primer premio en el Concurso de cuentos Gobernación del Quindío (1983), Primer premio en el Concurso de cuento Testimonio (1986), Segundo premio en el Concurso de novela Ciudad de Pereira (1985) y Segundo premio en el Concurso de novela Ciudad de Pereira (1991).
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lunes
Lauren Mendinueta del tiempo, un paso
Por: Johanna Marcela Rozo Enciso
mujerdeniebla29@yahoo.es
www.lenguajedemujer.blogspot.com
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Lauren | ||||
Hablar de Lauren, mejor; hablar de la poesía que hace y vive Lauren Mendinueta, es hablar de distancia, de viajes, de perseguir sueños y de la belleza de Lisboa donde vive hace más de cinco años, pero también de una Colombia llena de sueños a la que ella ve mejor desde lejos.
Esta ensayista y poeta barranquillera, eligió un lugar para vivir y no hablo de Colombia o Portugal. Este lugar es más difícil de encontrar y una vez instalados allí no hay tiquete de regreso, este lugar es la poesía. Precisamente en esta ocasión hablaremos de Lauren como poeta y de su libro: “Del tiempo, un paso” que mereció el VII Premio César Simón de poesía en el año 2011 y el favoritismo de la autora.
Su primer poema le da título al libro, “¿Quién alejó de mí aquellos dones que me pertenecían?/¿Por qué se fueron contra mi voluntad hasta el nunca-jamás?/¿O fui yo misma la que huyó a espaldas de un sátiro mentiroso, y las promesas traicionadas se exiliaron en una esquina recóndita?/Me pregunto si no seré una fugitiva de mis propios dones,/si este deseo de nada no será el principio de otro nacimiento. Nos muestra a una poeta profunda, en cada palabra, nos da cuenta de lo mucho que añora a esa tierra que dejo atrás y de lo mucho que se interroga por ese abandono necesario a los suyos. Y sin embargo nos traza un camino lleno de esperanzas y sueños que se cumplen dándonos una frase que extiende la mano a la nueva vida.
Lauren tiene la fuerza de derrumbarlo y construirlo todo en cada verso, de dominar cada elemento en que están contenidas las formas de su poesía, de ser la dueña de la palabra y fundirse en ella. “Tengo ganas de azotar a la noche/hasta verla sangrar/Deseo hasta el infinito/poseer algo que jamás se entregue”.
A través de su libro Del tiempo, un paso, la poeta nos habla de sus sismos interiores de cómo los transforma con la palabra en grito, en desahogo y como el poema puede ser también un campo de batalla para el autor. “No tiene por qué bastar/Pretendo gritar, gritar hasta perder la voz/Volver a ser pequeña,/ir hacia atrás,/hasta los tiempos en los que sólo podía expresarme con llanto/ y a nadie asombraban mis bramidos absurdos”.
Del tiempo, un paso, es un libro dividido en seis partes: “Deseo de nada”, “La Vida puede no estar aquí”, “Si fuera posible, el amor”, “Vistas sobre el tajo”, “Encallar en el Egeo” y “Estantigua”.
Los diálogos constantes con la poesía y con los poetas, son diálogos sinceros, de esa palabra moldeada en el corazón en su apuesta por la poesía por las mil voces que se cruzan en el oficio eterno de la palabra. Lauren es una poeta inquieta por la vida y por las decisiones que se deben tomar en ella, sin embargo en cada verso puedo percibir que nunca ha contemplado el abandono de la escritura, es más ha hecho de ella una amiga que la acompaña en cada paso.
Aquí una muestra poética: HAY SÓLO UN TIEMPO
¿Hoy que vives entre cosas cotidianas
te olvidas de aquella época ilustre cuando a tus pies tuviste la poesía?, me pregunta desde un poema Raúl Gómez Jattin. Asustada yo no me detengo a contestar. Dice el evangelio que allí donde está el tesoro reposa el corazón. ¿Será por eso que quien soy no concuerda con lo que Soy? Decidirme por lo que no me agrada. Pensar en el futuro como si creyera en él. Temeridad. Hay sólo un tiempo para ser, para hacer. Hacerse. Hágame. Hágase en mí. Ya no me hago. No puedo hacerme. Me dejo hacer por lo cotidiano. Me harta el final del día
y no hay esperanza que me ilusione más allá del lunes.
Me siento como una enamorada que persigue a su compañera infiel, la poesía, de antro en antro, buscando la ocasión de darle una bofetada para regresar con ella a casa y lamerle los pies. Aunque sé que la verdad es otra porque en realidad nunca salgo a buscarla soy la infiel, la amante egoísta y ególatra que se deja manosear en los bares. MUERTE CIVIL DE LA POETA
Para Gisela Mejía
El amor, dijo la poeta, es toda la vida para mí.
Y así abandonó la escritura, renunciando a lo suyo como lo haría una camarera. Creyó que hacía falta ser otra para que la amaran. Por la noche tomaba un somnífero para dormir bien como cuando la poesía era toda su vida. Por el día se ocultaba para que nadie la viera escribiendo sobre otra mujer (especialmente para no verse a sí misma traicionando su renuncia). Aunque le avergonzaba, ella seguía en su oscura tarea porque al escribir sobre la vida de la otra podía intercambiar las exigencias cotidianas por las del amor. Después se divorció y con el divorcio fue su muerte civil y la lenta resurrección de su alma.
BALADA POP
i ¿Que cuántos poemas de amor soy capaz de escribirte? Mírate al espejo amor, tú eres la medida de mis versos. Un pájaro sobre el árbol visto tan azul se ve, tan sosegado. Tú no eres un pájaro amor, pero podrías volar. ¿Te atreverías a preguntar una vez más? Tú eres mi medida, amor. Coro Si puedes imaginar un mundo sin autobuses es que no me quieres. Hay demasiados aviones en el cielo, pocos barcos de papel. Yo te ofrezco lo más escaso, amor, barcos de papel. i i Una vez en Brasil me llevaste hasta un barranco, querías que reconociera una calle con nombre de escritor. Qué confundida me dejaste amor, yo quería volar. No reconocía nada, yo quería volar sobre el barranco. ¿Te atreverías a preguntar una vez más? Tú eres mi medida, amor. (Coro) 5 Eres el extranjero, el apátrida, el que nació en el mundo y morirá en Lisboa. Eso has dicho. Por eso cuando escuchas la jubilosa melodía que da las seis en el campanario de San Roque tu alma vuela hasta las campanas de San Nicolás, hasta aquel templo del Caribe que levanta sus torres a un cielo que tú mismo te has negado. Entonces quisieras morir, juntar el que fuiste con el que serás. Pero no lo haces, no te mueres. Aunque podrías hacerlo, no te mueres. 6 Porque los otros temen al tiempo y tú no. Porque los otros son árboles caídos donde revienta el silencio y la podredumbre y tú no, por eso y por nada, viniste a vivir en esta ciudad. Lisboa abrevadero y gran estuario donde nada se repite, excepto el todo. Lisboa cárcel, cerrada y abierta al mar. Ciudad de belleza monótona la que tú elegiste. Tabaquería tan frágil como el mundo y todavía más. Lisboa. Por eso y por nada, viniste a vivir en esta ciudad.
UNA VENTANA AL EGEO
Me asomo a la ventana que dejó entreabierta el poema. Es triste mirar hacia atrás y sentir sobre los hombros el peso de lo irrepetible. No volveré a cumplir treinta en la isla griega de roca desnuda, ni volveré a tararear Nunca en domingo aquella tarde de abril en la que me cegaba la rara avis de la luz egea. La ventana terminará por clausurarse y los días inolvidables de mi vida quedarán como siempre del lado que me excluye. 9 Porque alguna vez Dios tendrá que acordarse de mí, alguna vez tendrá que oírme. Un día me arrastraré por la casa para estrenar alas nuevas, abriré el pico al infinito, hablaré con gorjeos, y tú escucharás mi canto por tu presencia mutilada. Ese día vendrás a cuidarme y me enseñarás todo lo que de ti olvidé. Cuando mis alas sean fuertes te subiré en hombros y con el cuerpo entero y alado iluminaremos la luna. Desde arriba te mostraré el mundo que en mi penar de estantigua me fascinó. Y en pleno firmamento, mochuelos, murciélagos y buitres te dirán cuánto te añoraba. Llorarás conmigo porque comprenderás que no quería defraudarte, que tenía que pagar con tu lejanía el alto precio de existir. Ese día el alma libre de la gravedad del cuerpo, de las paredes rugosas, de las puertas cerradas, deshaciéndose, volverá a su principio, y tú ya no tendrás que irte porque yo volveré a ser Lauren, nada más Lauren, y nunca habrá otra estantigua que sacuda el aire al pasar.
Lauren Mendinueta.
Barranquilla, Colombia en 1977. Ha publicado seis libros de poesía y una biografía de Marie Curie. Una antología de sus versos, con el título Poesía en sí misma (2007), fue publicada por la Universidad Externado de Colombia.
El libro La vocación suspendida (2008) recibió en España el VI Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos.
En el año 2005 vivió en México con una Beca de Residencia Artística concedida por el Ministerio de Cultura de Colombia y el Fondo Para la Cultura y las Artes de México (FONCA.
Su poesía ha sido traducida al ingles, italiano, ruso, alemán y francés. Su nombre está incluido en antologías tanto en Europa como en América. Actualmente vivo en Lisboa.
Ha ganado numerosos premios. Dentro de sus libros se destacan: Carta desde la aldea (poesía), Inventario de ciudad, prólogo de Álvaro Mutis, Donde se escoge el pasado (poesía), Marie Curie, dos veces Nobel (biografía) Panamericana, Bogotá, Colombia, 2004, Autobiografía ampliada (poesía), Poesía en sí misma (poesía), selección de Antonio Sarabia, La vocación suspendida (poesía), prólogo de Jon Juaristi, Point de Lunettes, Sevilla, España, Vistas sobre el Tajo /Vistas sobre o Tejo. Edición Bilingue español-portugués. Ilustraciones de Luisa Bomba. Ediciones Fabula Urbis, Lisboa, Portugal, 2011, Del tiempo, un paso (poesía), Denes editores, Valencia, España, 2011, UM PAÍS QUE SONHA (Cem anos de poesia colombiana), Assírio & Albim, selección y prólogo de Lauren Mendinueta, traducción de Nuno Júdice, Lisboa, Portugal, 2012.
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